.
Més informació »
Me bato en armas entre mi id y mi superego. Hay ciertas cosas que no debería ni pensarlas pero la tentación está allí, al margen de lo prohibido. Me resisto, ¡he de hacerlo! pero tengo tantas ganas… sé que soy libre de pensar cuanto quiera, pero mi verdadera pena es pensar que quizás nunca tenga el valor suficiente como para romper las normas sociales concebidas, sin importarme la opinión de los demás. ¿Seria este el vencedor de mi batalla?
Quizás es demasiado arriesgado o…lo es lo que has pensado tú?
>> Estudiando a Freud