Diario de una confesión II

7.6.09

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Una semana más tarde…

Como comprenderéis yo me había cambiado de sitio. Ahora me sentaba a la otra punta de la clase, junto a mi amiga Claudia.

Claudia: - Ruth, me parece que Marc intenta decirte algo.

Yo: - Es verdad… quiere que vaya al baño. ¿Qué hago? – me puse nerviosa.

Claudia: - Ves con él, querrá hablarte de algo importante.

Yo: - Está bien. Total… ya no puede salir peor.

Después de hacerme graciosas señas para que lo siguiera, me levanté y fue a donde empezó todo. Él me esperaba allí y casi sin dejarme decirle nada él me dijo…

Marc: - Esta semana he estado mucho con ella. Supongo que lo sabes. Pero también he estado muy pendiente de ti y… no paraba de preguntarme por qué motivo me gustaba ella si contigo he pasado mejores momentos y siempre has estado allí. Entonces empecé a dudar sobre mis sentimientos hacia Lorena y, en cuanto te vi hablando y riendo con Eric, me entró un sentimiento que nunca antes había experimentado: celos. En ese momento me di cuenta de que Lorena era un capricho y tu mucho más. Ahora tirito en cuanto te veo y no hago más que mirarte en clase para que tú cruces mi mirada con la mía.
Me gustas tú y siento no haberme dado cuenta antes.

Yo sí que temblaba, mi pulso había acelerado. Además, corría por mi cuerpo una adrenalina que temía no poder controlar. Permanecí callada, incapaz de expresar lo que sentía. En mi mente solo había un pensamiento: no quiero que esto acabe, me decía.

Ante mi silencio él dijo…

Marc: - ¿Qué me dices?

Y yo, con un dulce beso le transmití todo lo que había callado en ese tiempo.

1 comentaris:

Anònim at: 6/26/2009 3:43 p. m. ha dit...

ouuuh! quina historia més bonica, i saps que? d'alguna manera he pogut dona gran similitud d'aquest personatjes amb uns que jo conec:) de la vida real..no se si era aixó el que volies fer;)


Cherry!

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